Supervivencia en el mar
- David
- 28 oct 2019
- 3 Min. de lectura

ANTES DE SALTAR AL AGUA
- Hay que evitar bucear si tenemos algún problema de salud. Un simple resfriado, puede complicarnos una inmersión y la mucosidad taponarnos las trompas de Eustaquio e impedir que podamos compensar.
- Cuidado con el alcohol u otras sustancias que alteran el comportamiento. Nunca antes de bucear, y preferentemente esperar al menos una hora después de haber terminado la inmersión.
- Presta mucha atención a la preparación del equipo: esto evita problemas en el agua. Máscaras que se empañan, latiguillo de jacket que se suelta, aleta que se pierde, equipo mal ajustado, regulador u octopus que no dan aire, grifería de la botella cerrada, lastre de más o de menos… La comprobación mutua de equipo con tu compañero debe ser una norma que no hay que olvidar.
- El tubo salva de muchos apuros en superficie, mala mar por ejemplo.
- Un cuchillo sirve para cortar algo que nos retenga, no usarlo sin antes intentar deshacer el enganche por otros medios menos contundentes, como por ejemplo las manos.
- De noche puedes emplear una luz química o una linterna interior, si el material del inflable es algo traslúcido. De noche y en grupo llevar luces químicas en un lugar visible de cada equipo y alguna linterna de más, es más que recomendable.
- Un llamador acústico puede ser útil aunque siempre se puede, en caso extremo, golpear el tanque con algo, sin dañarlo claro, para producir ruido y llamar la atención, o gritar quitándose el regulador.
TU COMPAÑERO
- Aunque lo ideal es bucear con un compañero conocido, no siempre es posible; si buceas con desconocidos presta más atención a él. No conoces sus reacciones, consumo de aire, ni él las tuyas.
- Sobre las señas bajo el agua está bien recordarlas y aplicarlas.
SALTAR AL AGUA
- Siempre chaleco inflado, máscara sujeta y regulador en la boca.
- Cuidado en no golpear a nadie que ya esté en el agua.
- Una vez dentro espera a tu compañero, si el mar está mal puedes ahorrar aire respirando con la tuba, aunque con la cabeza en el agua no se oye, hay que sacarla de vez en cuando y estar atento.
DESCENDIENDO
- Si hay cabo de ancla o fondeo, lo ideal es bajar por él, así nadie se despista.
- La emergencia más común son los problemas para compensar la presión en los oídos, hay que empezar desde el primer momento.
- Controlar también que tu compañero compensa bien es vital, nunca se debe forzar la bajada sin equilibrar la presión de los oídos. Si no se compensa hay que subir un poco, intentarlo y luego volver a bajar.
DURANTE LA INMERSIÓN
- Las corrientes son sin duda la situación que puede provocar más emergencias, al margen de fallos de equipo o técnica.
- No olvides en el ascenso mirar hacia arriba e ir con las manos por delante, realizando la subida lentamente. El golpe por embarcación es otra causa de accidente. Si la inmersión se ha planteado con corriente, basta dejarse llevar y disfrutar. La embarcación te recogerá. Siempre con corriente se gasta más aire. Atención a la norma de media botella, y preguntar con frecuencia el consumo.
VOLVER AL BARCO
- Esto debe hacerse con al menos 50 bares en la botella, por si hay una emergencia. Hay que respetar la parada de seguridad, cuando proceda, a 6 m, durante 3 minutos. Vale acabar la inmersión navegando a esa profundidad.
- Si el mar está mal que salgan primero los que estén más agobiados. Mantenerse cerca de la embarcación, pero cuidado con los golpes del casco al levantarse éste por las olas.
- Primero da los plomos y luego el equipo.
- En caso de emergencia grave en superficie, los plomos deben ser lo primero de lo que desprenderse, con cuidado para no dar con ellos a alguien que esté debajo.
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